“Con el compromiso que existe en cuanto a las personas con discapacidad, a quienes se les brinda atención interdisciplinaria, a través de los talleres de Gestos, comenzamos a realizar las actividades diarias, con las posibilidades que nos ofrecía la tecnología, para mitigar de algún modo los efectos del aislamiento y mantener los objetivos planeados en estos espacios”, señaló Laura Balmaceda, titular del Consejo Provincial para las Personas con Discapacidad.
La experiencia fue novedosa para todos, ya que a través de las diferentes alternativas: de teleasistencia, teleterapia o telepráctica, “cada familia pudo conocer las capacidades de su hijo o hermano. También asumieron nuevos roles en cuanto al vínculo, como parte fundamental de este proceso de aprendizaje no presencial", dijo.
Las Ong's también tuvieron un rol fundamental en este aprendizaje, ya que cada vez que se detectaba que alguna familia no contaba con los recursos -tablets o celulares- realizaron campañas solidarias, que permitieron la donación de estos elementos.
“Valoramos muchísimo las actividades de los talleristas, porque enseñar en este contexto, desarrollar la actividad de forma no presencial, requiere mucha energía, y necesitábamos una respuesta a las consignas”, destacó.
Celebró, en este sentido, que “los resultados han sido asombrosos: han optimizado el vínculo familiar, porque se conocieron en un ámbito donde nunca habían interactuado juntos, ya sea en talleres de rehabilitación o recreativos; donde padres, madres y hermanos pueden apreciar los logros de los jóvenes y ellos, a su vez, se sintieron contenidos y acompañados”.
“Aprendemos juntos a cocinar, a bailar, hacer actividades de recreación y pensar. Se profundiza la relación de las familias con las instituciones y, como Consejo, desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Articulación Solidaria, valoramos el alto compromiso de todos en esta tarea y seguimos acompañando las actividades de este programa que significa tanto para la población con discapacidad”, concluyó.