Una de ellas es Alas del alma, un espacio que funciona desde hace más de 20 años en Cipolletti, y que permite a los jóvenes, una vez que culminaron su trayecto escolar, aprender, divertirse y estar contenidos.
Susana Rotella es la coordinadora de la institución, y trabaja junto a un comprometido grupo de padres y madres: “el Programa Gestos, que lleva adelante el Consejo Provincial para las Personas con Discapacidad, nos alivia muchísimo en la cuestión económica, porque se encarga del salario de los profesores; nos sentimos avalados y le da seriedad a nuestra institución”, aseguró.
El aislamiento y pandemia no detuvo la energía de Alas, pero sí obligó a adaptar los contenidos y las actividades, para respetar las medidas de prevención. A través de las redes sociales y la constante comunicación virtual se sigue trabajando: “con la pandemia descubrimos la gran capacidad de adaptación tanto de chicos, familias y profesores. No perdimos el contacto, nos comunicamos por WhatsApp, videollamadas o Zoom, y cada tallerista modificó su espacio a esta modalidad”, dijo.
“Los profes buscan actividades para todas las familias. Es para todos un nuevo aprender este mundo de la tecnología y las comunicaciones, pero seguimos trabajando; tanto o más que antes, estando en Alas hay un horario, pero ahora no tenemos horarios”, aseguró.
Más que nunca, la institución reafirma su compromiso y deja demostrado qué es lo que motiva a cada profesor y a cada persona que la conforma: “seguir trabajando para que los chicos y chicas no se sientan solos, que sepan que están acompañados”.