El programa de Turismo Social y Educativo, del Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte de Río Negro, redondeó en 2018 un año excepcional, en el que permitió a más de 5.000 personas –en su mayoría chicos de escuelas públicas de la provincia- visitar y recorrer Bariloche, Las Grutas, Playas Doradas y El Cóndor.
“Es indescriptible la emoción de los chicos de los parajes más alejados de la provincia que llegan por primera vez a Bariloche y ven el lago, o a Las Grutas con el mar, o simplemente ingresar a un hotel o comer en un restaurant. La felicidad es tal que se quedan paralizados y a partir de ahí todo es disfrute y aprendizaje”, expresó Trinidad Escobar, coordinadora del programa.
Agregó que es frecuente verlos estallar en “lágrimas de alegría” al llegar al mar o al lago Nahuel Huapi, o en una navegación” y que los más conmovidos “van corriendo y se meten en el mar vestidos, con mochilas y gorras, sin poder creer lo que están viviendo”. La propia Trinidad se emociona al intentar describir estas emociones vividas con los chicos o los mayores.
“Por donde se lo mire este año fue exitoso, gracias al compromiso personal del gobernador, Alberto Weretilneck y la ministra de Turismo, Cultura y Deportes, Arabela Carreras, con el programa, que nos aseguraron los recursos e hicieron gestiones importantes, y nos alientan para tener un 2019 aún mejor. Y también hay que destacar el aporte de los empleados del Ministerio, que es absoluto”, afirmó Escobar.
Este año viajaron alumnos de escuelas primarias y secundarias, en su mayoría rurales, hubo chicos de residencias y merenderos, incluyendo a más de 70 localidades y parajes, y también incorporaron al programa a abuelos, siempre apuntando a quienes en la provincia tienen menos posibilidades de viajar y nunca lo hicieron.
La funcionaria explicó que el total de 5.000 “pasajeros” la mayoría se alojó en 135 establecimientos de la provincia (alrededor de 1000 hicieron una actividad por el día en la misma ciudad, sin ir a alojamiento), y que además del programa principal, estuvieron comprendidos en “Turismo, Patrimonio y Escuela”, “Chocolateros por un día”, certamen “Esperanza de desarrollo”, “Vagón educativo” o el nacional “Turismo, Patrimonio y Escuelas”, del que crearon una versión puramente rionegrina.
La coordinadora destacó el fuerte apoyo de un puñado de empresarios de Bariloche, que por programas de Responsabilidad Social Empresaria se convierten en “padrinos” de escuelas rurales en sus viajes, aportando hotelería, gastronomía, excursiones, y se manifestó esperanzada que el año que viene suceda lo mismo con los prestadores de Las Grutas.
También es importante el aporte de entidades públicas o estatales, como la empresa Invap, el Centro Atómico Bariloche y la Universidad Nacional de Río Negro, que además de organizar y conducir visitas y paseos, aportan estudiantes como pasantes –que certifican horas para sus currículas-, como es el caso de Jimena Sevila, quien trabaja codo a codo con Trinidad en la compleja logística y organización de todos los viajes.
Entre los colaboradores no estatales se destaca también la Asociación de Transportistas y el Instituto Superior de Educación Técnica y Profesional, ambas de Bariloche.
“Necesitamos más apoyo particular, en especial fuera de Bariloche, y apreciamos mucho a los que se van sumando, empresarios y comerciantes, que además de ceder servicios sin cargo hay casos en los que pueden trabajar bien en bajas temporadas, cuando hay muy poco movimiento turístico”, señaló.